Belisario Porras
Belisario Porras aparte de ser el mejor presidente que ha
tenido Panamá, también fue un gran poeta y aquí un resumen de
su vida.
Nació
en la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos, el 28 de noviembre de
1856. Fueron sus padres: Don Demetrio Porras, prestigioso abogado
colombiano que llegó a Panamá atraído por la construcción del ferrocarril
interoceánico; y doña Juana Gumersinda Barahona, hermosa dama
descendiente de una familia española.
Queda
huérfano de madre, cuando tenía muy corta edad y queda al cuidado de la abuela
materna, Doña Francisca León viuda de Joaquín Barahona. Su niñez y
adolescencia los vive en su ciudad natal, con limitaciones por la estrechez
económica de la familia. Para educarle, su abuela, le proporcionó maestros,
entre ellos don J. E. Brandao, padrino de Belisario; don Isauro
Borrero y don Nemesio Medina, este último descubre el privilegiado
espíritu de aquel niño, deseoso de adiestrarse y conocer todas las ramas del
pensamiento humano.
Desde
muy temprana edad, el que había de ser caudillo de la masa liberal del Istmo,
sintió su alma abrasada por la inspiración poética. Contribuyó a ello la
espléndida nitidez del paisaje que rodeo su infancia. Los árboles, las
montañas, los ríos y todo el paisaje tropical, crearon en Belisario una
adoración a la naturaleza exuberante de sus contornos, comunicándole la mágica
inspiración, los colores, los perfumes y los arrullos de los valles nacidos a
la sombra de las elevadas cimas del Tebujo, del Picacho y del Canajagua.
También
a temprana edad, nación en Belisario, su deseo de consagrarse a la causa
liberal, de la que no tenía tradición familiar ya que su padre era conservador
de doctrinas muy puras y su abuela y sus tíos no militaban en campos
doctrinarios. Pero dos ilustres istmeños fueron los inspiradores de sus sueños:
El Dr. Gil Colunje y el General Buenaventura Correoso, a quienes
tuvo la oportunidad de conocer cuando todavía era muy niño, y ellos inspiraron
el culto a la causa liberal.
Al
cumplir los 14 años, el padre reclamó a Belisario para encauzarle por las vías
del Derecho y las ciencias Sociales. Debido a esto se traslada,
acompañado de uno de sus tíos, a la ciudad de Panamá para que don Juan
Mendoza, ilustre hombre público y Diputado al Congreso colombiano, lo llevara a
Bogotá. y en el mes de febrero de 1872, lo internó en el Colegio de San
Bartolomé.
Culminado
su bachiller, ingresó para seguir la carrera de abogado en la Universidad Nacional,
donde hizo entrañable amistad con Carlos A. Mendoza y Francisco
Mata. Entre sus profesores se encontraban el Dr. Gil Colunje y Diógenes
Arrieta, pasante de letras, gran idealista y poeta. En las clases de este
catedrático, Belisario Porras inició su dirección poética. Un
día, el maestro les habló de Bécquer y les recitó algunos versos del
vate español; después invitó a los alumnos a que inspirados en el gran lirico
compusieran alguna poesía. Así nace su primer verso titulado AVE MARINA.
Entre sus obras encontramos:
Ave
marina, por Belisario Porras
Ave
marina que la blanca espuma del mar salado salpicando va pájaro triste de la
parda pluma donde la luz de mi esperanza está.
Ella
del frío se guardó en tu pecho tú de sus besos impregnada estás, por eso el ave
al extender su vuelo aroma suave a los Alisios da.
Ave
marina que la blanca espuma del mar salado salpicando va pájaro triste de la
parda pluma donde la luz de mi esperanza está.
¡Dile
amorosa que la pena es mucha dile que la vida se me escapa ya, más ay! detente pajarillo, escucha y lleva mi alma que
gimiendo está.
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